Los polinizadores son un conjunto de especies de diferentes órdenes que se alimentan fundamentalmente de néctar y polen de las flores. Durante sus visitas a éstas, transportan polen adherido a su cuerpo, permitiendo así la polinización y con ello la reproducción de las plantas.
Se trata de diferentes especies como algunos escarabajos florícolas, mariposas diurnas y nocturnas, moscas, algunas avispas y, fundamentalmente, abejas. Es en esta gran diversidad de especies polinizadoras donde radica el secreto de la polinización de la mayor parte de las especies vegetales silvestres y cultivadas del planeta y hace, por tanto, que la conservación de estos insectos resulte absolutamente imprescindible para nuestros ecosistemas. Sin embargo, sus números cada vez son menores y es necesario realizar acciones como ésta para evitar su desaparición.
Colocando un hotel de insectos, especialmente diseñado para polinizadores como las abejas solitarias, se puede conseguir:
Promover la restauración de hábitat en áreas modificadas como medida de conservación de polinizadores y otros insectos.
Mejorar la tasa de polinización en cultivos que necesitan de este insecto para su producción.
Poner en valor el uso de estas medidas para el fomento de la biodiversidad de insectos en obras y proyectos fotovoltaicos que hayan alterado el medio.
Favorecer el mantenimiento y la estabilidad en el funcionamiento de los ecosistemas para evitar que éstas se conviertan en trampas ecológicas para las especies que los habitan.
Mejorar las funciones ecosistémicas en espacios generados por los proyectos.
Estas estructuras favorecen la nidificación de algunas especies de abejas solitarias que acostumbran a reproducirse en el interior de oquedades de madera o cañas. La estructura debería estar protegida de la lluvia, resguardada del viento y orientada para tener buena insolación preferiblemente a primera hora de la mañana. A la sombra de árboles es ideal ya que están protegida durante las horas centrales del día.
Además, existen otras cosas que se pueden hacer para aumentar aún más la biodiversidad.
Para permitir el anidamiento de abejas solitarias que anidan excavando galerías en el suelo, y que suelen ser las menos beneficiadas por los hoteles de abejas o insectos, pueden crearse zonas de suelo desnudo en caso de que no existan.
Reducir el uso de biocidas (pesticidas, herbicidas, insecticidas) en la zona de influencia de los hoteles de insectos. Estas sustancias afectan gravemente a la mayoría de insectos beneficiosos y desequilibran los ecosistemas, mientras que las plagas y otros insectos dañinos suelen hacerse resistentes y volver al poco tiempo.
Los troncos y tocones de madera muerta son refugio y hábitat para diversos grupos de artrópodos: cochinillas, arácnidos, hormigas, y algunas abejas carpinteras. Las larvas de muchos coleópteros (cetonias, escarabajo rinoceronte, etc.) se alimentan de esta madera.
Los acúmulos de rocas, además de refugio para multitud de insectos, pueden constituir lugares de insolación para mariposas.
Acompañar con la plantación de vegetación nativa como labiadas (romero, salvia, cantueso, teucrium etc.) favorecerá la alimentación de muchos de estos insectos. Estas plantas funcionan como una especie de barra libre donde encuentran variedad de néctar y polen nutritivo.
Colocar puntos de agua como pequeñas charcas o bebederos también ayudará a estos insectos a pasar los meses más secos y calurosos del verano.